La dieta mediterránea baja en alimentos procesados y grasas
saturadas, y rica en frutas, verduras, pescado, algunos frutos secos y legumbres,
puede beneficiar a las articulaciones pero también al corazón, a la tensión arterial, frenar la inflamación , ayudar a la pérdida
de peso y proteger contra las enfermedades crónicas que van desde el cáncer a
un accidente cerebrovascular.
FRUTAS Y VERDURAS
Las frutas y verduras contienen antioxidantes que actúan
como un sistema de defensa natural ayudando a neutralizar los radicales libres
que pueden dañar las células. Estos antioxidantes podemos encontrarlos en las
cerezas y otras frutas rojas y moradas, como fresas, frambuesas, arándanos y
moras y tienen un efecto antiinflamatorio.
Los cítricos- como naranjas, pomelos y limas- son ricas en
vitamina C que también tiene propiedades antiinflamatorias. Las verduras ricas
en vitamina K como el brócoli, las espinacas, la lechuga y la col pueden
reducir los marcadores inflamatorios de la sangre.
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