La Dieta Mediterránea se ha relacionado con un efecto
beneficioso en algunas enfermedades crónicas y también con la inflamación que
ocurre en las enfermedades reumáticas.
En un reciente estudio realizado en Inglaterra se ha podido
observar la influencia que puede tener la dieta mediterránea en la destrucción
del cartílago articular que se produce en la artrosis (Dyer J, J Nutr Health
Aging. 2017;21(5):562-566. doi: 10.1007/s12603-016-0806-y)
Dentro de la dieta Mediterránea está el consumo de frutas, verduras,
legumbres, champiñones y frutos secos – ricos en antioxidantes y fibra y fuente
de minerales y vitaminas –
La fruta es baja en grasa, sodio y calorías. Puede ayudar a
mantener un peso saludable - reduciendo así la presión sobre las articulaciones
- y es rica en nutrientes que ayudan a combatir la inflamación.
Un ejemplo son las cerezas. Existen estudios en los que las cerezas pueden
ayudar a reducir los síntomas de la artrosis y proteger a los pacientes con
gota de presentar ataques recurrentes. Los efectos positivos se atribuyen a las
antocianinas - pigmentos vegetales que tienen potentes propiedades
antioxidantes y antinflamatorias. Las antocianinas se encuentran en frutas
rojas y púrpuras, incluyendo frambuesas y arándanos, pero las cerezas contienen
niveles más altos.